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¿Qué es un Japa Mala o Rosario Budista?


Un rosario budista consta de 108 cuentas del mismo tamaño. Es utilizado para llevar el registro de las recitaciones de mantras o palabras de poder, dotadas de profundo significado y utilizadas como un medio de protección mental, en contra de la ideación extrema, el hundimiento mental y las emociones y actitudes perturbadas.

El número sagrado de 108 es anterior al surgimiento del Budismo, siendo el número clásico adscrito dentro del hinduismo para nombrar a las deidades o dioses.

Se estima que un ser humano respira 21,600 veces en un ciclo de 24 horas, consistente respectivamente, de 60 periodos de 360 respiraciones. A su vez las 108 cuentas, aseguran el que por lo menos 100 recitaciones de un mantra se hayan completado dentro de un ciclo completo del rosario. 

Los mantras se recitan con el propósito de ejecutar los cuatro karmas o actividades iluminadas: pacificar (los obstáculos en el camino), enriquecer (el potencial de desarrollo), fascinar (a los seres hacia su despertar) y destruir (los obscurecimientos al conocimiento). Aunque rosarios con varios números de cuentas son frecuentemente utilizados en las diferentes prácticas del budismo tibetano, el de 108 cuentas es el más común y popular de todos.

En los rituales de pacificación, las cuentas deben de ser 108, ser claras o blancas, preferiblemente de cristal, perla, madre perla, semillas de loto blanco, piedra de luna o marfil.
En los rituales de incremento o enriquecimiento, las cuentas deben de sumar 108, ser de semillas del árbol del Bodhi (la especie de higuera bajo la cual el Buda histórico experimentó la iluminación), semillas de loto, oro, plata, bronce o cobre.

En los rituales magnetizantes de la atracción o de la obtención de poder, las cuentas deben de sumar 25, ser de coral, sándalo rojo o madera colorada perfumada con sándalo. Números alternativos de cuentas en el rosario son utilizados para las diversas prácticas del tantrismo budista, como 1,008, 108, 100, 60, 54, 42, 27, 25 y 21.

Hoy se utilizan los comercialmente populares rosarios de sándalo, rudraksha, ámbar, rubí, turquesa, amatista, ojo de tigre, ónix, cuarzo rosado y cristal de roca pero tradicionalmente, los hechos de semillas de bodhi y sándalo rojo son considerados los universalmente auspicioso para la ejecución de todas las prácticas del budismo tibetano.

Los malas hechos de hueso animal o humano, deben tan solo ser utilizados por contemplativos avanzados, ya que remanentes de influencias kármicas, se piensa son inherentes a los objetos rituales hechos de este material.

Tradicionalmente, las semillas de los malas eran consagradas o purificadas a través de limpiarlas con una mezcla de los cinco productos derivados de la vaca de color anaranjado: leche, mantequilla, yogurt, orina y excremento.

Los hilos que unen al rosario, representan la continuidad de la doctrina Budista, concebida como un medio eficaz para dominar las 108 pasiones mundanas. Usualmente, el hilo está elaborado con 3 o 9 fibras individuales, las cuales se afirma deben ser hiladas por una joven virgen, perteneciente a uno de los cinco linajes tántricos o familias Búdicas a los que la práctica en cuestión pertenezca.

En resumen, un mala típico tibetano, consistirá de 108 cuentas hiladas por un cordón de 3 fibras. Cuentas de diferentes colores se colocan entre los puntos 27, 54 y 81, con el propósito de dividir al rosario en cuatro secciones proporcionales. Estas también pueden ser situadas entre los espacios 10 y 21, para llevar la cuenta de la recitación de los mantras o palabras de poder.

Anudado al mala, se añaden dos contadores de plegarias, objetos constituidos de diez pequeños anillos de plata, oro o bronce y sellados en sus extremidades por un dorje, símbolo budista de la maestría de la energía de la compasión, y un drilbu o campana, símbolo representativo de la maestría sobre la energía de la sabiduría discriminativa. Los anillos, se utilizan para llevar la cuenta de las décimas y centésimas recitaciones de mantras o plegarias.

Un tercer contador puede ser añadido, con el objetivo de llevar la cuenta de los ciclos en milésimas de las recitaciones, contador por lo general decorado con una joya o rueda, simbólicas de la maestría y valor de las enseñanzas budistas. Al concluir un ciclo completo de 108 recitaciones del mantra, el rosario es girado sobre su propio eje y el siguiente ciclo de recitación se inicia en orden inverso.

Las cuentas maestras o guru al final del rosario – una redonda y la otra cilíndrica – simbolizan la sabiduría que entiende la ausencia de identidad inherente de todos los fenómenos, así como la ausencia de identidad inherente de la propia identidad inherente.

El mala es una herramienta práctica y al mismo tiempo está llena de simbolismo. Normalmente un mala tiene ciento ocho cuentas pequeñas y una grande que se asemeja a una estupa. De hecho, esta cuenta es una estupa y lleva consigo el significado de la estupa, su forma alargada representa el "Estado de la Verdad" que se alcanza al comprender que no hay un ego o un Yo.

En el "Estado de la Verdad" todas las cualidades de la mente se manifiestan libremente. La parte redonda de esta cuenta muestra el gozo que aparece cuando desaparece la ilusión de un ego y todas las energías, normalmente unidas por esperanza y miedo, son liberadas, todas las ideas fijas, todos los pensamientos del pasado y del futuro son descargados. También simboliza el enorme gozo que se manifiesta cuando uno está libre de cualquier juego o artificialidad.

Cuando comprendemos que no hay un ego, y hemos experimentado la gran alegría que trae dicha realización, las cualidades que obtenemos se muestran de forma práctica como distintas acciones o actividades de un bodhisattva.

Cuando se utiliza el mala, uno dice el mantra por cada cuenta. Uno rota el pulgar en dirección horaria sobre cada cuenta y cuando se llega a la cuenta estupa, uno rota el mala y sigue de vuelta por ese camino. Esto hace que el uso del mala sea más fácil, porque las cuentas no estarán muy prensadas en el cordón cuando las muevas.

Durante la meditación es mejor estar totalmente atentos de la visualización del Buda enfrente o arriba de uno. Entonces uno puede utilizar la sensación del mala y la repetición del mantra para fortalecer la experiencia de estar en el campo consciente de un Buda y en el campo de bendición. En esta meditación completa, la mente está con el Buda, el habla con el mantra y el cuerpo con el mala.

Cuando a veces sucede - y de hecho ocurre - que la mente no está concentrada o el habla se salta algunos mantras, una parte de la mente todavía está en la meditación debido al movimiento del mala en nuestra mano. De esta manera el mala puede ser realmente de beneficio.

Hay muchas explicaciones de por qué el mala tiene 108 cuentas. Existen ocho tipos diferentes de conciencias. Primero, están los cinco tipos de conciencias de los sentidos: gusto, olfato, visión, tacto y auditiva. La sexta es como la "consciencia policía" que mantiene un ojo en lo que sucede. La séptima es la "conciencia que almacena" y la octava es la conciencia que procesa el lenguaje, símbolos y objetos dentro de este reino.

Después de alcanzar la budeidad estos ocho tipos de conciencia se transforman en una novena "super conciencia" donde todo se conoce intuitivamente. Aquí, las cosas no se experimentan a través de los sentidos sino directamente a través de la vibración de cada átomo en nuestro cuerpo.

Este estado es posible porque el espacio es consciente de sí mismo. El espacio no es un hoyo negro o un separador sino un conector de la información que contiene.

Cuando las ocho tipos de conciencias ordinarias se vuelven la novena "la conciencia que todo lo sabe y todo lo logra", dentro de nosotros se despiertan 100 budas en la forma de 42 budas pacíficos y 58 airados.

Por lo tanto el número representa los ocho tipos de conciencias antes del estado pleno de realización y los 100 budas que se manifiestan a través del estado iluminado de la mente.


Cuando hacemos postraciones se recomienda utilizar uno más pequeño (1/4 de mala) con 27 cuentas. Este tamaño se ajusta bien a la mayoría de las manos.

El Mala, rosario o collar de cuentas. No es un objeto de joyería, y no debería ser considerado como tal. Use el Mala con respeto y cuidado, no deje el Mala en el suelo, ni ninguno de los objetos sagrados, incluyendo libros y otros instrumentos rituales de práctica espiritual.

Si se le cae el Mala al suelo, tóquese la coronilla de la cabeza recitando, Om Ah Hung, u otro mantra auspicioso que conozca tres veces.

No deje a otra gente tocarlo como un objeto de curiosidad vulgar. Tocar a alguien con un acto de bendición o curación puede ser apropiado. Es muy beneficioso tener el Mala bendecido por un Lama o Gurú.

Use su Mala con la intención de traer la mayor felicidad, la alegría, la Bondad y la serenidad en el mundo. Si hace, esto será una fuente de bendiciones en su vida.

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